Sostiene Pereira

Bueno, no es en realidad Pereira quien lo sostiene, sino mi chico cuando dice que el día en que se generalicen -y mejoren- los implantes en la médula espinal, de esos de los que sostienen -l@s médic@s- que producen orgasmos, y los doten de conexión USB con el ordenador, mundos cuasi-virtuales (ya que cada día son más parecidos en todo al nuestro) como el de Second Life, donde ya han comenzado a aparecer fenómenos como el terrorismo, y los ejércitos de liberación, y donde ya existía una economía paralela accesible a traves de eBay, terminarán por convertirse en completamente reales para los humanos, pues ya lo único que resta para convertir aquello en real, es establecer un buen puente de unión con nuestro mundo, y dicho puente, sostiene mi chico, es el sexo auténtico, el que produce los orgasmos (y el que ha sido, desde el comienzo, el auténtico negocio -el que obtiene beneficios económicos- de Internet).

Bueno, él sostiene que eso convertirá definitivamente en real, para todos los humanos, ese mundo virtual, pero yo sostengo que, en todo caso, eso será para los tíos (los hombres), que tienen un proceso sexual más simple que el nuestro, y que con una única excitación, en un punto concreto -no me digáis decir cual, pues tod@s os lo estáis imaginando- alcanzan su climax sexual.

PD: Ayer, festividad de Sant Medir, estuvimos paseando por el barrio de Gracia de Barcelona, y viendo las "Colles" -grupos de personas- que desfilaban para dirigirse a la romería hacia la ermita de Sant Medir, lanzando caramelos al público que los contemplábamos.
(creo que es una de las fiestas más curiosas y bonitas que conozco).

En esto estábamos cuando un cartel pegado en un transformador eléctrico hizo que me diese un vuelco el corazón.

Una de las cosas que me (nos) encantan, sobre todo estando de vacaciones, es hacernos fotografías picantes (por decirlo de alguna manera), para preparar luego los Diarios X de nuestros viajes de vacaciones (del pasado año en Brasil, publiqué un post con una breve reseña de lo acontecido una noche en Río de Janeiro).

¡¿¿Y si perdiésemos nuestra cámara fotográfica o las tarjetas de memoria en las que guardamos esas fotografías??! ¿Pondríamos también un cartelito de estos?

Pero el caso es que nosotros (especialmente una) tenemos nuestros juegos eróticos favoritos, y no estamos dispuestos a quedarnos sin el recuerdo de sus nochecitas locas en ciudades especiales a las que hemos ido de vacaciones.
¿Qué podríamos hacer para recordarlas si renunciásemos a la cámara fotográfica digital?

Tendremos que pensar en otras alternativas más seguras.
(de momento no se me ocurre ninguna, así que se admiten ideas)